sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Donde esta el verdadero sentimiento argentino?

Hace años somos gobernados por un grupo de personas a veces distintas corrientes de pensamiento pero siempre con un factor común “Peronismo”, aun no siguiendo ni una sola palabra de la doctrina peronista, fallando al pueblo desde la demagogia y la corrupción, no sería correcto decir que están todos dentro de la misma “bolsa” pero desde una visión filosófica y punto de vista personal viven el día a día como el “Carpe diem” piensan el futuro a 10 años, lo que necesitan para devastar la nación con periodos decadentes.
El país que dibujaron con distintas políticas corporativas no hizo otra cosa que crear falsas expectativas una y otra vez, con premisas demagógicas en el momento de la detentación del poder.
El modo de operación a simple análisis es implantar una pantalla artificial a los sectores populares nublando su visión futura y transformándola en un mero sector del propio partido utilizado como herramienta tanto en las elecciones como fuerza de choque durante sus respectivos gobiernos.
Desde el punto de vista político no esta mal; la fase agonal de construcción del poder es su gran don, como lo es la manipulación al pueblo sin educación. La educación es el punto fundamental de una política a futuro, pero como es más fácil hacer que no piensen por sí mismos sino hacer que adapten su pensamiento al del gobierno de turno, no se piensa una inversión en ese rubro.
Así como no hay que meterlos en la misma “bolsa”, no todo lo que hicieron es negro, pero en nada de lo que se puso negro admiten su responsabilidad.
Escucho siempre el mismo tipo de frases como “si no sos peronista te voltean”, hace pocos meses los golpistas eran los trabajadores rurales, hay gente que prefiere otros sistemas de gobierno antes que la republica democrática, pero la democracia es eso, que todos puedan opinar en temas públicos, temas concernientes a todos y así hacerse responsable de sus dichos, como defenderlos también. Ser ciudadano es ser parte de un sistema democrático. La diferencia fundamental con otros sistemas de gobierno radica en que cada uno es responsable de la elección de gobernantes, posee derechos y obligaciones, aún cuando los gobernantes olvidan luego del periodo electoral a quien representan, no solo a sus votantes sino a una gran diversidad de grupos sociales e intereses económicos con algo en común que poseen la misma nacionalidad argentina.
La libertad de prensa no debería ser algo meramente lucrativo, un proyecto que regulara los medios de comunicación, que habilite la participación de manera equitativa a actores políticos de bajos recursos, donde la conciencia ética prime ante la creación de falsos conflictos, de estructuras de ocultamiento especulativo, seria complementario para terminar con la larga lista que nos queda de objetivos a cumplir.
Yo también me sumo a la esperanza de un nuevo amanecer pero creo que debemos dejar los intereses individuales, estar atentos a las señales y seguir la intuición desde el rol que deba cumplir cada uno.

RODRIGO DONOSO

jueves, 8 de mayo de 2008

Lo dulce no es lo dulce sin lo amargo

Respuesta al lobo estepario

Porque siempre tuve y tengo la misma duda…

Just remember, the sweet is never as sweet without the sour, and I know the sour. “- David Aames (Tom Cruise) en Vanilla Sky


Quizás esto es lo que le contestaría el obrero a Dolina, lo dulce nunca es tan dulce sin lo amargo y yo conozco lo amargo….
Lo amargo nos enseña a vivir, es quizás una de las mayores fuentes de sabiduría. Ante los problemas tenemos muchas opciones, la básica es la del medio vaso lleno y la del medio vacío. Igual esa es la mas simplista.

Es obvio que si se nos muere alguien querido vamos a sentir el vacío en un primer momento. Pero más adelante, tenemos las dos opciones: el vacío- vacío o el vacío- lleno. Es decir depresión irreversible o ampliar los horizontes. Depende de uno y de lo abiertos que estemos para recibir ayuda.

Mi pregunta es la siguiente, por ejemplo que caigo en una depresión profunda (opcion 1) y necesito ayuda psicológica o hasta quizás psiquiátrica porque mis familiares ya hicieron todo lo posible y no puedo salir de la angustia.. ¿A dónde voy? Al psicólogo o al psiquiatra. Estas personas para hacer bien su trabajo y ayudarme a mi necesitan conocimiento.

Un simple ejemplo de la importancia del conocimiento a nivel sociedad.

Igualmente hay otra cuestión planteada sobre el conocimiento a nivel personal, qué papel juega: ¿vivir más feliz o saber más?

En mi imperfecta opinión, conocimiento y sabiduría son extremadamente diferentes.

El conocimiento es intelectual, teórico ( si bien se puede adquirir en la práctica, no por eso deja de ser algo teórico, abstracto )

En cambio, la sabiduría es aquella forma de vivir bien.

Y si bien son dos cosas distintas, están relacionadas. Si conocemos algo, seguramente elegiremos mejor, por lo tanto evitaremos consecuencias negativas (las mayores posibles) y viviremos mejor.

Con esto no quiero decir que siempre se siga esta secuencia (creo en las excepciones) pero algo de cierto hay. Considero al conocimiento una herramienta que amplia las posibilidades de éxito en la vida, es decir tomar buenas decisiones. Tanto el conocimiento académico como el filosófico o el religioso, o el adquirido por la experiencia propia y la de otros. Lo considero medio y no fin.

Generalmente todos concordamos que conocer es “saber” más de algo, que ese algo no sea a nuestros ojos tan “oscuro” como antes. Pero quizás tenemos consideraciones diferentes sobre lo que significa ser feliz.

Para mí, ser feliz es vivir. Vivir con la mayor intensidad, sentirse vivo.
Y como se dice no hay solo que tener una sentido por el cual vivir, sino una razón por la cual morir. Para algunos es un hijo, para otros es la patria, o quizás la religión, la familia, etc.

Igual con respecto al obrero envidiado por Dolina, me gustaría saber qué piensa el obrero. Quizás el obrero envidia a Dolina por tener un trabajo menos forzoso, estar mejor pago y por haber soñado siempre con hablar por la radio.
De afuera, todo se ve más lindo.

Considero que tanto el obrero como Dolina pueden obtener la sabiduría del buen vivir. Y todos nosotros también, ¿ por qué no? Es simplemente buscarle la vuelta, cambiar nuestra actitud ante la vida. Ir un poco contra el ritmo estresado del mundo y aprender a disfrutar las cosas simples de la vida independientemente de la vida profesional de cada uno. Seas astronauta, científico, profesor, recolector de residuos, expresidente o presidenta (que son lo mismo), argentino o argentina (que no son lo mismo), pueblo o oligarquía (que tampoco son lo mismo).

La vida es bella!
No solo una linda frase sino una muy buena película.

“MIRA dos VECES PARA VER LO EXACTO, MIRA una SOLA VEZ PARA VER LO HERMOSO” Henri-Fréderic Amiel

PAULA HERRERA

miércoles, 30 de abril de 2008

Mano Dura

Las veces que salen discusiones en la facultad en materia penal, he notado que el denominador común es el mismo: “Mano Dura”.
Y los castigos varían desde la pena de muerte, torturas o prisión de por vida. Pero no mucho más. Parece ser que la única forma de penar a alguien que se comportó mal es de la misma manera que él mismo actuó. Siempre digo que todos tenemos un "facho" dentro, todos en alguna situación tuvimos ganas de matar a alguien. Este sentimiento bajo y estúpido es muy básico en el instinto humano, por eso es tan fecundo en la derecha.
Creo que la pregunta que divide las aguas para saber en qué posición se encuentra cada uno es la siguiente: Ante un crimen, ¿usted busca con mayor fuerza el castigo del delincuente o su reinserción en la sociedad?. Por supuesto que cuando alguien comete un delito debe ser juzgado y darle una pena proporcional, como también que si llega a existir un caso en que resulta imposible reincorporarlo a la sociedad se lo debe dejar apartado de ella para su seguridad y la de los ciudadanos.
Los delincuentes son seres humanos y en pocos casos son insalvables y siempre se debe intentar reincorporarlos a la sociedad. Las cárceles son un invento antiquísimo y nunca han solucionado el tema de la delincuencia en forma total. Incluso hoy en día todavía sirven como lugar donde los prisioneros aprenden nuevas tácticas criminales en vez de tratar de llevarlos por el buen camino.
Me parece que cada caso es un mundo y hay que dirigirse al contexto y la historia particular de esa persona. Nosotros nunca podremos saber cómo hubiéramos actuado de estar en sus zapatos. Influyen muchísimas cosas como la familia, niñez, la situación económica, si pertenece a un grupo étnico o religioso, etc. Y si una vez esa persona se equivocó es importante darle una nueva oportunidad y corregir sus errores, a lo mejor él ni siquiera lo veía como algo erróneo sino natural.
Por el mero hecho de ser hombre o mujer se merece intentar el cambio. Y no como a nuestro amigo drugo Alex en la novela de Anthony Burguess, sino con métodos humanos siguiendo a la propia voluntad del recluso. Siempre he preferido un delincuente en libertad que un inocente en prisión.

Sobre la pena de muerte y las torturas no creo que haya mucho que hablar. Ya hay hasta tratados internacionales que las prohíben aunque siga siendo práctica frecuente, incluso en el Primer Mundo. En una oportunidad un profesor de esta casa hizo una especie de apología a la pena de muerte en caso de los violadores, sin lugar a dudas los peores criminales que podemos imaginar. El profesor preguntó qué haríamos si llegamos a nuestras casas y encontramos a uno de estos muchachos abusando de un familiar. Me parece que el planteo está mal formulado. Yo que estoy totalmente en contra de la pena de muerte, y aunque varios me tilden de garantista, seguramente si entran a mi casa soy capaz de matar al violador. Lo que ocurre es que hay que tomar distancia del ejemplo, obviamente que no es lo mismo si le pasa a uno que a un tercero. Justamente la sociedad algo ha avanzado a través del tiempo y no se hace justicia por mano propia, sino que existe todo un aparato de represión estatal que es el que tiene el monopolio legítimo de la violencia para determinar qué le corresponde a cada uno.
Nunca entendí cómo un cristiano con todas las letras puede llegar a apoyar estas prácticas nefastas, tan alejadas de los valores de la dignidad humana y tan cercanas a un famoso ex-gobernador texano. Pero sí concuerdo con Woody Allen cuando dice que “es cuestionable si la pena de muerte sigue siendo un disuasivo, aunque estudios recientes muestran que la probabilidad de que los criminales cometan otro delito cae casi a la mitad después de ser ejecutados”.
El temor a la inseguridad es sin dudas la herramienta más eficiente de todas. Todos sabemos que es mejor ser temido que amado y no hay nada más fácil que manejar a una sociedad con miedo. Cuántas libertades y derechos que puedo aplastar con la excusa de mayor seguridad. Sino observen que pasa en USA o lean esa distopía que describe Orwell en “1984”.

Otra cosa que me desespera pero no quiero extenderme más es la estupidez de tener armas en la casa por seguridad cuando hay estudios hechos y las estadísticas señalan que es más probable que un miembro de la familia reciba un disparo que un ladrón.
Pero sin dudas el punto que más me llama la atención es la gran diferencia que hay entre la justicia para pobres y la que es para ricos. O incluso como se persigue más a un simple ladrón que a altos funcionarios públicos que encima si caen salen enseguida o consiguen en prisión pero en su cómodo domicilio. Y lo peor es que la sociedad toma esto como si fuera normal. Obviamente que hay muchas notas de Foucault en lo que escribo y este autor de “Vigilar y Castigar” escribe que un crimen que espanta la conciencia es a menudo de un efecto menor que una fechoría que todo el mundo tolera y se siente dispuesto a imitar por su cuenta. Rareza de los grandes crímenes; peligro en cambio de las pequeñas fechorías familiares que se multiplican.
Pero volviendo al tema de la diferencia entre pobres y ricos, también creo necesario analizar la situación de cada caso y las particularidades que llevaron a esas personas a actuar así. Foucault en el mismo libro se pregunta si de dos hombres que han cometido el mismo robo ¿hasta qué punto aquel que tenía apenas lo necesario es menos culpable que el que nadaba en la abundancia? Y este es un problema que moldea nuestra mente no sólo en materia penal sino que ocurre en otros ámbitos de la vida. De la misma forma, un rico con pistola es precavido, un pobre con pistola un delincuente. Un rico con manicura es un playboy, un pobre con manicura es un maricón.
A modo de conclusión me parece apropiado citar a Gandhi cuando afirmaba que una mala acción cometida por una de las partes no justifica una acción parecida de la parte contraria. Y si hacemos la ley del ojo por ojo, la humanidad quedará ciega.
Es necesario una mejora en el sistema penitenciario para evitar tantos reincidentes, pero obviamente que esto no quita que haya un castigo para el que actúa de forma errónea, no sólo por el delincuente sino que como dice el mismísimo Foucault: “Nada vuelve más frágil al aparato de las leyes que la esperanza de la impunidad”.


PAPILLON

sábado, 26 de abril de 2008

Amarga realidad

En realidad lo que quería compartir con ustedes no es tan político pero sí académico. No he podido nunca determinar la relación entre inteligencia/ sabiduría/ conocimientos (valores difíciles de medir) con lo que podemos llamar felicidad (sin dudas el más difícil o para algunos imposible de medir).
Comprendo que esto dependerá de sus cosmovisiones antropológicas y teológicas pero me interesaría ampliar este tema con sus opiniones.
Esta intriga me surgió escuchando a Alejandro Dolina cuando decía que envidiaba a un trabajador simple, a modo de ejemplo, un obrero, humilde, ignorante, religioso. Es decir, él que es un tipo cultivado, compositor, intelectual, escritor, con varios años de experiencia, de alguna manera trata de decir que cuando uno llega ese nivel pierde el amor a las cosas sencillas de la vida, termina de maravillarse por la sonrisa de un niño y concuerda con aquella frase de Tolstoy en que en realidad el único conocimiento alcanzable por el hombre es que la vida no tiene sentido. Uno podría llegar a llamar a esta postura de soberbia, sin poder definir si se debe más al orgullo de lo que uno es o el desprecio hacia los demás, pero es algo que aún suelo discutir con mi almohada y no he llegado a una clara conclusión.
A lo que voy a modo de ejemplo es que talvez un musicólogo, un crítico de música, aunque sabe mucho más no disfruta tanto como un simple y humilde melómano.
Es como que se envidia esa alegría de la gente de las favelas que no se puede entender, gente despreocupada de los grandes temas, concentradas en cosas cotidianas y más urgentes como qué comer ese mismo día, y sin embargo me animaría a decir que son más felices. En cambio aquellos hombres serios, más cultivados nunca simulan que la están pasando bien. Mitterrand decía que un gran presidente debe saber como aburrirse.
Lo mismo parece suceder con la gente creyente que cuando les ocurre algo malo dicen que es porque Dios lo quiso y parece que pueden sortear cualquier obstáculo sabiendo que tiene a alguien arriba. Debe ser un vestigio de nuestra infancia cuando recurríamos a papá. Del mismo modo, hoy toman una estampita y se encomiendan al Padre sin tratar de resolver el problema por sí mismos. Estos tipos crean un Dios y se someten a él, me recuerda a Matrix con el tema de cuál de las dos pastillas elegir, talvez seriamos más felices si elegimos la otra píldora. Como el traidor que prefería vivir en el mundo imaginario que en el verdadero y disfrutar de los placeres sensibles.
Todavía no sé bien que pensar, tampoco que deberíamos elegir: si la felicidad o la Diosa Razón. A lo mejor en realidad no son incompatibles.
Es un problema complejo como todas las preguntas simples pero por ahora me quedo con unos fragmentos de Voltaire en uno de sus libros: “Cien veces me dije que sería feliz si pudiera ser tan tonto como mi vecina; pero no deseo gozar semejante felicidad. Vi que efectivamente no deseaba ser feliz a cambio de ser imbécil. Rara contradicción es pensar así, porque lo único que importa es ser feliz y nada vale tener entendimiento o ser necio. No hubo ninguno que quisiera aceptar volverse tonto para vivir contento. De aquí infiero que si tenemos mucho aprecio por la felicidad, más aprecio hacemos aún de la razón. Pero, pensándolo bien, parece que preferir la razón a la felicidad es un enorme desatino”.
EL LOBO ESTEPARIO

Intolerancia

“Intolerancia”, peliculón del genio y controvertido David Wark Griffith, trascendental en la historia del cine. Me llama mucho la atención la valoración que ha conquistado la tolerancia en nuestros tiempos a diferencia de esas épocas en las que eran necesarios ese tipo de films.
Hoy en día se estima a aquella persona que se jacta de ser tolerante, cosa que si bien es fundamental para mantener una buena sociedad, creo que muchas veces se aparta de lo que en realidad debería significar.
Antes de empezar, tratemos de tomar la tolerancia no sólo en el aspecto político y religioso sino de una manera más general.
El mismísimo Mohandas Karamchand, más conocido como Mahatma Gandhi, señalaba que el término tolerancia no le agradaba aunque no encontrase otro mejor. La tolerancia puede llevar implícita la suposición injustificada de que la fe de los demás es inferior a la nuestra como ocurre con esas personas que cree tener la verdad, que las cosas son sólo como él dice pero como es un tipo “tolerante” deja que los otros, los que están equivocados, desarrollen sus lucubraciones mentales tan alejadas de la realidad. No veo ningún mérito en esta postura soberbia tan alejada de lo que entiendo por tolerancia.
También disiento en esa actitud en la cual cada uno tiene “su” verdad y puede decir lo que quiera porque todas las opiniones son válidas mientras a mí no me afecte. Muchas veces, como dice un profesor, detrás de la tolerancia se esconde la Soberana Indiferencia. No es que se respete o escuche a los demás, sino que ni siquiera les importa. La idea es que mientras no me molesten a mí que cada uno haga lo que quiera. Seguramente en lo personal les habrá ocurrido con amigos que cuando alguien dice frente a un problema que lo deje de lado, que hay que ser tolerante en la vida y no meterse es porque en el fondo no le interesa esa persona. Pero cuando son seres más próximos y vemos que andan mal sentimos la necesidad de decírselos.
Incluso esta deformación de la tolerancia hace que caigamos en el más bajo relativismo. Se dice que no existe una verdad, cuando esa misma negación se contradice lógicamente ya que se afirma que hay una verdad y es que ésta no existe. Tampoco podemos admitir lógicamente que hay distintas verdades ya que como nos vienen repitiendo en filosofía nada puede ser y no ser en el mismo tiempo y sentido. Claramente debe existir una verdad, lo que ocurre es que cada uno tiene sus propias gafas para observarla y así se llegan a conclusiones diferentes. Algunos se aproximarán más que otros, pero no por esto justamente hay que ser intolerante y quedarse con la opinión de uno.
Espero que no se me tilde de autoritario, nada más lejano hay en mí que esa idea de cruzada, de imponer ideas propias o censurar a personas. Como señalan los artículos 18 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que afirma que todos los hombres tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, religión, opinión y expresión.
Incluso no hay nada mejor que juntarse con personas de distintas ideologías ya que mientras más acostumbrados estemos a pensar en cosas diferentes, mejor uno se prepara para tener ideas nuevas.
Sólo el que calla está en condiciones de oír lo que opinan los demás.
Como decía el Gran Maestre Voltaire, la ignorancia afirma o niega rotundamente, la ciencia duda. Hay que ser muy bruto para estar muy seguro de algo.
Así es que es trascendental ser tolerante, poder escuchar y debatir las ideas con total humildad y preguntarse si realmente uno estaba en lo cierto. Siempre hay que recordar que la duda es la jactancia de los intelectuales, lo que creo es que a veces esa tolerancia tan importante se deforma ya sea en indiferencia o superioridad.
Si bien es un término terriblemente multívoco, la mejor frase que expresa mi idea de tolerancia es la que se le atribuye al mismo Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero lucharé hasta la muerte para que tenga el derecho de decirlo”.
HGW XX/7

domingo, 16 de marzo de 2008

Libertad vs. Igualdad

En realidad el título no es muy correcto y sin lugar a dudas todos coincidimos en que son dos valores fundamentales que deben ir de la mano, complementándose y dirigidos al bien común.

En algunos tests ideológicos dan a elegir entre libertad o igualdad para ver si nos encontramos más del lado derecho-liberal o de uno izquierdo-igualitario. Debo confesar que pertenezco a los segundos y no creo que haya libertad sin acortar las diferencias sociales. Siempre me opuse a esas ideas como la que dejando libres a los actores interactuando entre sí se beneficia el conjunto, el tema de la mano invisible y la mentira del efecto derrame, entre otras teorías de la derecha liberal.

Para que no crean que soy un neogramsciano encubierto (perdón por la redundancia) intentaré no usar autores rojos y sí algunos liberales. Debemos tratar de aislarnos del lugar donde vivimos y el contexto socio-cultural en el que nos desarrollamos para adentrarnos en la verdadera condición humana y ver a dónde se inclinan los hombres, ya sea esto positivo o negativo.

Lo mejor que he leído en “La Democracia en América” de Tocqueville fue su gran descubrimiento de que todos los hombres tienen un profundo amor y ansias de igualdad. Y este sentimiento es tan profundo que supera por lejos a la libertad.

Incluso nuestro amigo francés llega a señalar que las personas prefieren vivir sin libertad y todos iguales en la esclavitud a que haya diferencias entre ellos. Sufrirá la pobreza, la servidumbre, la barbarie, pero no sufrirá la aristocracia. Las personas detestan las diferencias en la distribución y esto genera innumerables efectos psicológicos y sociológicos de los cuales la única forma de solucionar los problemas que produce es reducir esas distancias, que es la causa de esos males. Lo complicado es que ese sentimiento es insaciable y mientras más igualdad le dan, más igualdad quieren y por una mínima diferencia aparecen conflictos y a veces ocurre que cuantos menos privilegios quedan, más detestan los hombres los privilegios. De allí la importancia de reducir las diferencias al mínimo.

Por supuesto que esto no anula la libertad, pero creo que se le presta mayor atención o se dice que con sólo ella se alcanza para tener una sociedad en orden. Creo que se olvida con frecuencia de hablar sobre la igualdad y los problemas que genera la falta de ella. No creo que haya libertad sin igualdad o ¿cómo creen que reaccionaría un pobre hombre que no tiene ni para comer y le cuento que según la Constitución Nacional tiene derecho a trabajar y ejercer toda industria lícita, de navegar y comerciar, de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino, de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa, de usar y disponer su propiedad, de asociarse con fines útiles, de profesar libremente su culto, etcétera?

Por supuesto que ambas ideas deben ir de la mano y luchar por conseguir ambos objetivos. Aunque creo que esta elección propuesta, en ultima ratio nos diferencia a algunos de los otros en política y en otros ámbitos de la vida.

Es un sacrilegio que en nuestro país que alguna vez se jactó de ser el granero del mundo hoy haya gente que se muera de hambre. Sobre esto son las políticas más urgentes que tenemos que llevar a cabo. Y no por planes que generan clientelismo y que en vez de cambiar la realidad la mantienen. Sino mediante trabajo y reducir la diferencia social. Creo firmemente que la compra de votos con choripán, no elimina la pobreza, la alimenta.

Como escribió Mario Vargas Llosa: “¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que se le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo! La libertad es individual y requiere un nivel mínimo de prosperidad para ser real. Porque quien es pobre y depende de la dádiva o la caridad para sobrevivir, nunca es totalmente libre.”

Adolfo Mena

miércoles, 27 de febrero de 2008

En perspectiva 2008

Un nuevo año se inició y con él renovamos En perspectiva. Recibimos nuevos artículos de los alumnos, con las mismas consignas del año pasado.
Pueden escribirnos a enperspectiva08@gmail.com.

martes, 25 de diciembre de 2007

La cuestión del género en las elecciones argentinas y en la campaña por las primarias demócratas en EE.UU. y su reemplazo por la discusión de fondo sobre los programas de gobierno

Según puede verse en la campaña electoral por las primarias demócratas para elegir candidato a presidente para el 2008 el eje de discusión es casi con exclusividad la diferencia de género entre Hillary Clinton y el resto de los precandidatos. En el debate público, realizado en Las Vegas, Nevada el jueves 15 de Noviembre transmitido en Argentina por CNN en Español, Hillary centró su intervención en base a la supuesta discriminación que se le realiza de parte del resto de los aspirantes por ser mujer, pero gracias a una chicana política expresó que el ataque era porque ella iba primera en las encuestas.


Los diarios de Estados Unidos últimamente le han seguido la corriente y cada comentario a su programa aparece como un ataque directo hacia ella por ser mujer.


Aquí queda muy claro cual es el peligro de este tipo de discusión. No tanto cual es el trasfondo de ella. Empezando por la primera: el precandidato Barack Obama, según yo creo, expuso (como puede verse en el debate realizado en Charleston, Carolina del Sur el lunes 23 de Julio) el mejor programa de gobierno demostrando conocimiento y proyectos en cada área, pero la prensa estadounidense no destacó esto sino los ataques constantes de John Edwards a Hillary Clinton, supuestamente por ser mujer. Por su lado la ex primera dama se dedicaba ante cada pregunta grabada a primero agradecer a quien hablaba por algo que hubiese hecho, destacando su patriotismo o entrega por su país. Este vaciamiento de ideas por parte de la campaña está llevándola hacia un ámbito más similar a nuestros pagos latinoamericanos, teñido de un populismo demagógico que a un debate sobre programas, sobre ideas y sobre un posible gobierno de cada precandidato.


Las motivaciones son dos: La primera es que efectivamente Hillary Clinton va primera en las elecciones y como está muy cómoda en esa posición, al igual que hiciera Cristina Fernández de Kirchner, evita todo tipo de discusión seria y de fondo sobre que haría con su eventual gobierno. Cabe recordar que en la ciencia política actual los programas son considerados parte del accountability, enriqueciendo el debate público y bajando el nivel de expectativas, incertidumbre e inestabilidad. Por otro lado, otra motivación es que en la política actual, en cualquier parte del mundo, incluso en la potencia imperial, la capacidad de los políticos es muy poca y su preparación pasa más por la imagen, el marketing y la retórica. Pero carecen de una idea clara de país; lo que puede llevar a decisiones equivocadas por consejo de algún asesor trasnochado o en búsqueda de intereses personales y corporativos, afectando los intereses de todos.

Milan C. Jelic