viernes, 8 de junio de 2007

Cultura del Ahorro

Argentinos:

Tuve la grata sorpresa de haber visto el aviso publicitario de los Supermercados Plaza Vea que alienta a ahorrar en vez de gastar. Su idea es simple y clara: ahorrar le permite utilizar lo que le sobra en algo que de lo contrario no se podría haber conseguido, disfrutándolo más que si se hubiese adquirido en forma inmediata. Esta idea es totalmente contraria a la nefasta publicidad que realizan tanto Visa (“la vida es ahora” y “porque vivís en este mundo necesitás Visa”), como el Banco Galicia con su Crédito 24 hs. (“lo vas a tener tan rápido que no vas a tener tiempo de desearlo”) o el Banco Santander Río con su Super Préstamo 1000/30 (“no dejes para más adelante lo que puedas hacer hoy”) entre otras empresas. Si bien defiendo los intereses de las empresas por buscar mayores ventas y ganancias, creo que tengo el derecho y la obligación de intentar construir una mejor sociedad donde mancomunadamente se busque el Bien Común privilegiando el ahorro, la estabilidad económica, la independencia financiera, la tranquilidad que da la previsión, en lugar de la exacerbación del consumismo individualista y postmodernista.


Felicito a quienes crearon la publicidad y aliento a quienes opinen en concordancia, que difundan la diferencia entre el ahorro y el consumismo, que no sólo trae ventajas económicas: mayor cantidad de capitales para el otorgamiento de créditos en bienes de capital que generan un crecimiento genuino y sustentable de la economía entre tantos otros; sino que también cambia la vorágine de necesidades creadas de la actualidad, por una cultura como la que hizo una vez grande a la Argentina.


Milan C. Jelic
milan@jelic.com.ar

10 comentarios:

Siddharta dijo...

Coincido plenamente en la importancia de avisos que renieguen del consumismo contemporáneo para instaurar la nocion de ahorro, ya que ésta permite a nivel micro una plabificacion de la vida que no tenga como límite la semana en que se vive, y a nivel macro, una planificacion de país con un desarrollo sustentable.

Zabalita dijo...

Sobre los beneficio de ahorrar o no ahorrar y sobre la cultura del ahorro van los siguientes comentarios.
La decisión de ahorrar o no ahorrar no depende simplemente de una cultura del ahorro y menos de un aviso publicitario.
1) La decisión de ahorrar depende en primer lugar de que uno disponga de un excedente de ingreso.
2) Asumiendo que uno dispone de ese excedente, la decisión de ahorrar y gastar responde a incentivos que están dados por la política económica.

Y hoy francamente mi estimado amigo, la política económica no estimula el ahorro sino el gasto.
Por qué? Muy simple:
1) Si te sobra plata, como la ahorras? la ponés debajo del colchón? la ponés en un banco? la invertís en algún instrumento financiero? Amarga sorpresa te vas a llevar cuando sepas que lo que no gastes va a ser licuado por la inflación dado que hoy a) las tasas de interés son pasivas (son inferiores a la inflación) b) si guardás en el colchón los billetes la inflación va hacer que pierdas poder de compra; c)si optaras por comprar dólares también perderías porque el dólar está estable (por no decir clavado) y la inflación oscila entre un 10 y 15% anual. Aparte el dólar se desvaloriza internacionalmente. Invertí en cualquier otra divisa e igual en relación a la inflación vas a perder; c) te quedan los instrumentos financieros como las acciones, los bonos (sobre todo si están atados a la inflación), pero convengamos que la mayoría de la gente tiene cierta prevención a la bolsa, a la cual identifica como timba (tal vez este es el único punto que te concedo sobre la falta de cultura de ahorro).

En este contexto, si actuo en forma racional y se que la inflación anual es del 15% (medida por el índice de precios implícitos, no por el manoseado IPC) y se que el gobierno no planea cambiar su política, y más, no tengo ningún instrumento de ahorro que preserve el valor de mi dinero, lo racional es gastar. Por qué? Por que si vos sabés que el poder de compra de tu salario va a ser menor el mes que viene (por la suba de precios) te tenés que anticipar a eso.

Huelga decir que si todos razonan así, ello estimula aun más la suba de precios. Pero dado que el gobierno está usando aspirinas para curar la inflación, no te queda otra.

Sobre la cultura del ahorro, te digo que seguro que es importante, pero no se construye en base a avisos a favor de gastar o de ahorrar. Como sabrás la cultura surge de comportamientos repetidos que aunque en un principio pueden ser inducidos por reglas, al final terminan siendo asumidos por las personas como algo natural.

Hoy por hoy los incentivos están dados para una cultura del gasto y no del ahorro.

Dicho esto, la cultura del ahorro no es siempre positiva. Si la gente ahorra y no gasta, eso implica que disminuye el consumo. El consumo, junto con la inversión , las exportaciones y el gasto del gobierno son los que explican el crecimiento del producto. O sea que si vos sobre ahorras inducís a una recesión.

Finalmente, viniendo de alguien de una universidad católica, resulta paradójica tu enérgica defensa de la cultura del ahorro dado que es un valor bien calvinista. Justamente Weber, en la ética protestante y el espíritu del capitalismo mostraba que el ascetismo que predicaba el calvinismo (básicamente la idea que hay que matarse laburando y que no hay que gastar porque hay que ser austero) era lo que había estado vinculado al surgimiento del capitalismo. Cómo? Fácil: ahorrar tanto favoreció una acumulación de capital que cuando las trabas morales del calvinismo fueron relajadas, favorecieron el surgimiento del capitalismo.

Pero como te dije, el ahorro está bien, pero no depende simplemente del marketing o la propaganda, sino de políticas gubernamentales que a veces lo estimulan y otras veces lo perjudican.


Con respecto a lo que deben hacer las empresas: las empresas, en tanto no vulneren la ley, deben responder al interés de sus accionistas. Y en esto coincido con Adam Smith a full: que cada una busque su ganancia y que haya un estado lo suficientemente fuerte para marcarles la cancha dado que como Smith bien decía, de los comerciantes (empresario en jerga moderna) hay que desconfiar incluso cuando se reunen por motivos sociales.

Zabalita dijo...

Me parece que tanto el posteador como la comentarista pecan por tener una falla seria en lo que es la comprensión sobre cómo funciona la economía y un exceso de voluntarismo bien intencionado, pero voluntarismo al fin.

Les digo más, si la percepción de los agentes económicos es que todo se va al carajo (percepción que hoy no está presente) tendríamos una caída bruta del consumo y por mucho aviso que hubiere, la demanda caería fuertemente.

Muchachos, peguenle una releída a Samuelson que nunca viene mal.

Milan C. Jelic dijo...

Y.M.Napole: ¡gracias por el apoyo!

Zabalita:
Por una lado, mi artículo está escrito desde una visión determinada de la política. Visión que voy a llevar a la práctica en no mucho tiempo. Ésta es más amplia que un simple aviso, pero como en las pantallas se produce una gran educación informal, es un elemento a tener en cuenta a la hora de cambiarlo, y también de analizarlo, porque esas publicidades en otro contexto no serían para nada efectivas, es indudable que ellas tienen correlato con la cultura consumista desenfrenada.
Por otro, ver al ahorro como contrario al catolicismo, es verlo en calve calvinista y no católica. Desconozco tu comulgación religiosa, pero si conozco la mía. El ahorro debe ser visto como un elemento que me permite alcanzar el bien común. Debe ser utilizado para el desarrollo del Estado y de la propia persona. Nunca debe ser vista la riqueza y los bienes como fines en sí mismo, sino como medios, y así visto, el ahorro permite a todos poder conseguir con trabajo genuino y esfuerzo aquello que le mejora su calidad de vida. Por ejemplo, muchos inmigrantes que llegaron a la Argentina con una mano adelante y la otra detrás, lograron construirse sus propias casas comprando ladrillo por ladrillo, luego hacerles la casa detrás de la propia a sus hijos, enviarlos a estudiar, etc. Hoy esa cultura está totalmente desprestigiada. Como vas a ahorrar, tenés que gastar todo ahora y si todavía no te alcanza, gastar con tarjetas de crédito. Muchos de nosotros podemos usar tarjetas de crédito y pagar las cuentas a fin de mes. Pero la gran masa de la población, queriendo seguir tal ejemplo, sin contar con más que aquello que les da de comer, educados en el desamparo aprendido, se suben a la ola consumista y terminan comprando cosas que les den una satisfacción inmediata que no logran por ningún otro medio.
Volviendo a lo económico, todo ese crédito que se utiliza en gastos superfluos (si éstos fueran hechos con ahorros propios, sería otra cosa; cada cual es hacedor de su destino, y dueño de sus propios bienes) podría ser utilizado en pos del desarrollo del Estado, utilizado en créditos de bienes de capital (como ya he dicho). Entonces volvemos sobre la religión católica, que dice que los bienes, aunque privados, deben servir al Bien Común.
Pero no me debo haber expresado bien en el artículo. Pensé que los lectores avezados en política doméstica sabrían entender que en las circunstancias actuales y próximo futuras toda esta doctrina será impracticable. No por ello aquellos que pensamos en pos de un mejor país, debemos dejar de expresar nuestros pensamientos constructivos.

PD1: Gracias por el consejo de releer textos de economía. Lo tendré en cuenta, siempre es bueno aprender un poco más. Y viendo tu interés por la economía argentina y su descalabro, espero que cuando postee mi próximo artículo confeccionado hace ya unas semanas, entres a comentarlo. Se llamará: ¿Por qué se cae la Argentina en 2008?

PD2: En pos de dar consejos, Zabalita, te recomiendo también que le pegues una leída a la historia reciente de los Balcanes, porque según un comentario tuyo en el artículo “Sobre como los árboles pueden parar una bola de nieve antes de que cause un gran daño”, pareciera que no andás muy avezado en el tema. O sino, podés leer mi comentario en ese artículo, hecho hace poco, que espero te aclare en algo el tema. Humildemente, por supuesto, lo digo.

Zabalita dijo...

'Y sin embargo se mueve' es mi respuesta.
Todo muy lindo, pero si los inmigrantes pudieron ahorrar fue porque había incentivos para hacerlo. Hoy no los hay. Eso es lo único que que dije y sostengo.
Por otro lado, está muy bien hacer política desde las convicciones que uno tiene. Nadie niega eso.
Con respecto al ahorro, a veces es bueno y otras veces no. Si la gente ahorra en momentos de recesión, la recesión se profundiza. En otros contextos el ahorro es bueno si puede transformarse en inversión. Esto es, si vos interpretas ahorro=no gasto, pero es no-gasto, lo ponés en un ropero, no tiene nada de útil.

Dejo de lado tu comentario sobre historia de los balcanes (me parece bien chicanear igual eh) ya que no hace al fondo de la cuestión, y te invito a que dejes de usar lugares comunes como "olviendo a lo económico, todo ese crédito que se utiliza en gastos superfluos (si éstos fueran hechos con ahorros propios, sería otra cosa; cada cual es hacedor de su destino, y dueño de sus propios bienes) podría ser utilizado en pos del desarrollo del Estado, utilizado en créditos de bienes de capital (como ya he dicho)" una frase absolutamente vacía de contenido.

Los que tienen que sacar créditos para comprar bienes de capital son las empresas, no las familias. Por otro lado vos decís eso de 'crédito que se usa en gastos superfluos' y das a entender que deberían hacerse con ahorros propios. ¿Cuál es el problema consumir con dinero propio o prestado, o más bien en qué consumís?

Por otro lado como ese crédito se usaría en pos del desarrollo del estado (ya este concepto daría para un posteo eterno de largo).

Me parece que si vas a hacer política a) el discurso que usas te va a servir para ganar elecciones; b) a la hora de gobernar te aconsejo que te busques buenos asesores o que tengas un mayor conocimiento de economía, ya que con esa concepción de como funciona la economía, creo que me mudo a la República de Barataria (Ver Don Quijote).

Para que haya ahorro, a diferencia de lo que ocurría en épocas de Calvino, es necesario una política que incentive el ahorro, y si esa política se mantiene por años, tal vez volvamos a tener una cultura de ahorro.

Para que el ahorro contribuya al crecimiento, es necesario que haya un canal de ahorro. Te sorprenderías si supieras el pequeño porcentaje que representa el crédito (ya sea para familias o empresas) en la Argentina, en comparación a países de similar nivel de desarrollo.

Hoy:
a) con tasas de interés negativas (repasar Samuelson para entender que quiere decir esto)poner plata en el banco no tiene mucho sentido. Perderás menos que si la dejás en el cajón, pero perdés al fin.
b)la cultura del ahorro no puede surgir en un contexto donde la moneda pierde una de sus tres funciones (ser depósito de valor) a causa de la inflación (para saber cuales son las otras dos,ver Samuelson)
c)Faltan canales de ahorro. Con los bancos solos no nos alcanza ya que en general las empresas se financian en los mercados de capitales. Si vos querés inversión genuina en bienes de capital, bueno fortalecé el mercado bursátil para que sirva de canal de transmisión del ahorro a la inversión


En tu posteo anterior vos elogiabas a Plaza Vea por su publicidad en favor del ahorro. Te hago una pregunta ¿te interiorizaste en qué consiste el aviso de Plaza Vea? Yo no lo se, vi un aviso en TV que no me explicó muy bien. Las empresas buscan el lucro y no creo que Plaza Vea sea la excepción salvo que quiera que la barran del mercado.

Una última porque me tngo que ir a laburar y llego tarda: la gran masa de la población argentina no ahorra y consume, pero no porque no tenga ganas de ahorrar, sino porque no puede. No puede por lo exiguo de sus ingresos y no puede por que la inflación le está señalando que no tiene sentido hacerlo. Los que tenemos tarjeta de crédito obviamente podemos ganarle a la inflación en la medida que 1) no nos cobren interés en las cuotas; 2) el interés sea inferior a la inflación mensual. Pero para los 'pobres' (27% de acuerdo a las mediciones del malhadado Indec)el ahorro no es una opción, el consumo es un destino. Consumo que te diré no va a gastos superfluos (a pesar de las publicidades) sino a cubrir las necesidades más básicas. Es sabido que el consumo se sofistica y se orienta lo que vos llamás gastos superfluos a medida que aumenta el ingreso. Se llama ley de Engel (nada que ver con el compañero de andanzas de Karl eh).

Celebro tu vocación política y tu toma de posición. Me parecen bien intencionadas tus ideas y muy honestas por cierto. Falta gente así en política. El problema es que con eso sólo no alcanza. Ni tecnócratas, ni voluntaristas son la solución. Gente comprometida y con ideas claras, pero también con conocimiento técnico, porque si no, a la hora de gobernar el asunto se pone complicado. Si no, terminamos en una 'savonarolización' de la política. No vayamos del extremo 'roba pero hace' al 'es honesto pero no sabe administrar'. Mejor un punto medio...

PD: anduve por Plaza Italia ayer, donde abundan los kioskos de libros usados. El de Samuelson está en oferta

Zabalita dijo...

Respuesta a la chicana sobre la historia de los Balcanes:
en tu respuesta me acusás de saber poco de la ex Yugoslavia. Sí, no soy un especialista en ese tema. Concedo. Igual, en mi posteo en el que usé la ex Yugoslavia como ejemplo, no escapaba a mí que el conflicto entre los pueblos de los Balcanes es muy anterior al año 91.

Lo único que quise puntualizar es que ese conflicto estuvo contenido por el comunismo y que cuando este cayó, los viejos rencores entre serbios, croatas, bosnios, etc., y que estaban latentes (como decía en mi posteo) resurgieron con la fuerza que hoy conocemos. Una buena metáfora de esto, está presente en la excelente película de Emir Kusturica Underground (casi que la podríamos sugerir para ese ciclo tan bueno de cine y política que hace el Centro de Estudiantes. Lástima ese tipo execrable que lo coordina)

Por eso decía que en Irak, la caída de Saddam, abrió la caja de Pandora de tensiones pre-existentes.

No soy especialista de los Balcanes, pero se que Yugoslavia fue un invento del Tratado de Versalles, y que los problemas entre Croatas y Serbios existieron desde el principio de la ex Yugoslavia. Se quienes fueron los Ustachas, de que bando pelearon en la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, a la hora de gobernar, saber de historia de los Balcanes te va a servir mucho, como a mí me puede servir saber de historia de China en el período comprendido entre los siglo V y I antes de Cristo, o de la Italia del Renacimiento, dado que la historia 'es maestra de vida'. Vos aprovecharás tus conocimientos de la historia de los Balcanes y yo otros conocimientos. Me encantaría saber más del tema pero como decía Jeremy en Yellow Submarine (la película) 'so little time, so much to read'.

Ahora bien, si tenés que administrar la cosa pública y no sabés como funciona la economía o pensás (como el coronel Ibañez, presidente de Chile en dos oportunidades) que es posible 'abolir las leyes de oferta y demanda', lamento informarte que vas a entrar con el pie izquierdo en política.

Zabalita dijo...

Aclaración: la referencia a los Ustachas no fue malintencionada ni fue chicana. Podía haber seguido en las referencias históricas y no lo hice. Eso puede dar lugar a que piensen que yo estoy tomando partido. No lo hago. Mi único partido, al final del día, es el de la dignidad humana. Me constan el comportamiento salvaje de los serbios, sobre todo tras 1991.

Aclaro esto antes de recibir un justificado mandoble en el blog.

Aureliano Buendía dijo...

La cosa parece que se puso intensa y no viene mal hacer un breve balance de lo visto.

Primero. Tanto el posteador como su primer comentarista (YMN) parten no sólo de supuestos voluntaristas, tal como indica el compañero Zabalita, sino también de valoraciones a prior, dando por supuesto que tanto el ahorro como el consumo son per se bueno y malo, respectivamente.

Esto implica un desconcepto que, por obvio, no es inútil comentar. Tanto el consumo como el ahorro son comportamientos que serán más o menos racionales, de acuerdo a los costos y beneficios que arrojen en una situación determinada. Sin embargo, esta situación no puede verse en términos inmediatos, sino que debe verse en forma diacrónica. Es decir, ya no estamos ante acciones (consumo, ahorro) con costos y beneficios inmediatos, sino ante:

a.) acciones actuales y (posibles) acciones futuras,

b.) costos actuales y (posibles) costos futuros, y

c.) beneficios actuales y (posibles) beneficios futuros.

Por supuesto que, contrariamente a lo que sugieren los Redondos, el futuro aun no lleguó y, por tanto, desconocemos las condiciones en que ocurrirán las acciones, deberán pagarse los costos y se recibirán los beneficios. A su vez, cuando T+1 sea presente, esta dualidad presente/futuro de las acciones, costos y beneficios volverá a repetirse en n oportunidades.

El resultado es claro: no es para nada obvio que, per se, el ahorro sea mejor que el consumo, porque nadie dispone de información completa sobre la situación en T+n.

(bueno, quizás Dios, pero eso es materia de Fe y, claro, de otro debate, que a mi no me interesa sostener)

Por el contrario, la diversificación de la economía ocurrida desde los días del gigantesco Max W. y su poderosa Ética protestante habilita a comprar el ahorro ajeno para realizar ahora gastos que se pagarán con ahorros futuros propios. Alguien puede decir que el no-ahorro obliga a un pago extra (costos financieros) pero la racionalidad de tal decisión estará dada por la coyuntura económica y, en este punto, el argumento de Zabalita es impecable:

"1.) La decisión de ahorrar depende en primer lugar de que uno disponga de un excedente de ingreso.
2.) Asumiendo que uno dispone de ese excedente, la decisión de ahorrar y gastar responde a incentivos que están dados por la política económica."

Quien haya leído El cemento de la sociedad de Jon Elster se habrá topado con un análisis olsoniano modélico sobre cómo se distribuyen costos y beneficios en términos intertemporales.

En resumen, parafraseando a Palermo, la solución de una serie de problemas dados no es nunca definitiva, sino que es la causa de los desafíos futuros. La realidad es dinámica y genera sus propios desbalances.

Segundo. Tanto el posteador como su comentarista femenina parecen tomarse esto como si fuera una justa, un duelo. Sólo así se pueden entender comentarios como "Coincido plenamente en..." (YMN) o "Y.M.Napole: ¡gracias por el apoyo!" (MCJ). Analizar un tema no es una campaña electoral en busca de apoyos, sino un intercambio de ideas.

Tercero. El comentario del posteador recomendando pegar "una leída a la historia reciente de los Balcanes, porque según un comentario tuyo en..." es básicamente lamentable. En términos futbolísticos es ir al jugador y no a la pelota, pero no conforme con eso, lo presenta como una amenaza a su comentarista: Te venimos siguiendo, te tenemos marcado es lo que sugiere de inmediato. Algunos se resisten a dejar atrás las épocas del Falcon verde con seis cieguitos arriba.

Último. Zabalita, vos también portate bien, que eso de mandarlos a comprar libros a Plaza Italia también es ir a pegar a los tobillos.

Siddharta dijo...

al muchacho q lee al gabo, dos cocitas, en lo q coincido plenamente es simplemente en la medida de estimular el ahorro, HOY!, no de por vida, y no como si fuera una cosa buena per se. A ver si en vez de intentar una demostracion de lo que cada uno sabe, no leemos un poco lo q escribe c/u.

Aureliano Buendía dijo...

A pedido de Yoli, voy a hacer una leve rectificación:

El posteador da por supuesto que tanto el ahorro como el consumo son per se bueno y malo, respectivamente, mientras que su primer comentarista (YMN) considera que estimular el ahorro es una necesidad actual y no per se, lo que significa que Yoli es sólo voluntarista y no apriorista en sus comentarios.

Y todo este ladrillo que tiramos junto con Zabalita no es intentar una demostracion de lo que cada uno sabe, porque nunca consideré que estaba siendo examinado, sino tratar de analizar los límites reales que implica la racionalidad del comportamiento económico.

Quiero decir, afirmar que los actores son racionales no se trata sólo de un axioma, sino de un supuesto que implica las condiciones de posibilidad de la acción.

pd. Corazón, se escribe cosita, no cocita.